Las oficinas dejaron de ser solo lugares de trabajo. En Rubinat las diseñamos como espacios que expresan la cultura, potencian el bienestar y acompañan la transformación de cada organización.
Caso: Randstad
La forma en que trabajamos cambió. Y con ella, cambió la manera en que diseñamos los espacios corporativos. Las oficinas ya no son solo un lugar donde se realizan tareas, sino un punto de encuentro, de construcción cultural, de bienestar y de pertenencia.
Hoy, las empresas líderes entienden que sus espacios deben ser una extensión de sus valores. Deben promover la colaboración, facilitar la adaptación a múltiples formas de trabajo y, sobre todo, cuidar de las personas. En ese contexto, el diseño se vuelve una herramienta estratégica.
Uno de los mejores ejemplos de esta visión es el proyecto que realizamos junto a Randstad, una de las compañías globales más influyentes en soluciones de recursos humanos.
Desde Países Bajos recibimos un Manual de Identidad Corporativa claro y desafiante: traducir sus lineamientos a un entorno local, funcional y humano. Diseñamos espacios abiertos, colaborativos, atravesados por una estética que respira confianza, calidez y dinamismo.
Incorporamos el concepto de Activity Based Work, un enfoque que propone diferentes áreas según el tipo de actividad: concentración, interacción, co-creación o relajación. Así, cada colaborador puede elegir dónde y cómo trabajar, maximizando su bienestar y productividad.
Los tonos institucionales como el azul transmiten confianza y solidez, mientras que la madera —con su textura y nobleza— transmite simpleza y naturalidad. La vegetación delimita zonas sin necesidad de barreras físicas, aporta frescura y mejora la calidad del aire interior. Y los paneles acústicos aseguran confort en cada rincón, incluso en espacios de alta circulación.
La arquitectura se vuelve parte del equipo: respalda el cambio cultural, promueve la transversalidad, crea ambientes más empáticos y funcionales. En Rubinat entendemos que diseñar para el trabajo del futuro no es solo una cuestión de estética, sino de estrategia.
Cada elección —desde el layout hasta la selección del mobiliario— fue pensada para reflejar la identidad de Randstad y acompañar la transformación cultural que impulsa a nivel global. El resultado: una oficina que inspira, conecta e impulsa a los equipos a dar lo mejor de sí.
Porque cuando el espacio refleja quiénes somos y hacia dónde vamos, trabajar se convierte en una experiencia compartida.